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Durante el pasado verano, en Italia, con el pretexto de "proporcionar a los ciudadanos mayor sensación de seguridad", el Gobierno de Silvio Berlusconi desplegó unos tres mil soldados en varias ciudades, lo cual suscitó en varios países europeos una gran conmoción mediática. En realidad, esa decisión forma parte de un proyecto político mucho más amplio y original cuyo actual desarrollo confirma su carácter preocupante y pone de manifiesto un gran parecido con el que Nicolas Sarkozy está llevando a cabo en Francia.
