Empantanada en Afganistán, dividida respecto a la decisión estadounidense de instalar escudos antimisiles en Europa y criticada por Rusia, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) celebra su próxima cumbre en Bucarest del 2 al 4 de abril. Más de cuarenta años después de la decisión del general Charles de Gaulle de retirarse del mando militar integrado, y a pesar de las promesas del presidente Nicolas Sarkozy de replantear esta decisión, la OTAN se enfrenta a cuestiones existenciales. Mientras que algunos sueñan con una unión transatlántica encargada de garantizar el dominio occidental en el mundo, pocos parecen cuestionarse el riesgo que entraña la estrategia estadounidense en Europa.