Las elecciones primarias, en Estados Unidos, han confirmado la impopularidad del presidente George W. Bush y la importancia de las fisuras en el seno de la coalición republicana. Encarnada por Ronald Reagan hace treinta años, la coalición estaba integrada por elementos bastante dispares: defensores del neoliberalismo económico, religiosos ultrarreaccionarios, neoconservadores en política exterior. El fiasco de las tropas norteamericanas en Irak, de una parte, y la situación peligrosa de la economía, por otra, han cuestionado la alianza entre estas tres tendencias. El antiguo gobernador de Arkansas Mike Huckabee, sostenido por fundmentalistas, se aleja por ejemplo de un "establishment" republicano horrorizado por su proteccionismo. A la inversa, el antiguo alcalde de New York Rudolph Giulani, divorciado dos veces, escandaliza a una parte de los religiosos. Pero es sobre el asunto de la "guerra contra el terrorismo" sobre el que las disensiones son especialmente agudas. Y sobre el que algunos de los intelectuales más influyentes de la derecha norteamericana se enfrentan abiertamente. Incluso cuando parten juntos en crucero con sus admiradores...