En España, el derecho al aborto ha vuelto al primer plano del debate social debido a investigaciones judiciales sobre clínicas y pacientes. Tras 22 años de vigencia de la ley, la cuestión sigue abierta y el movimiento feminista plantea de nuevo manifiestos, concentraciones de apoyo y autoinculpaciones ante el acoso de la Iglesia católica y los medios de comunicación conservadores. En Europa, las tesis anti-abortistas renuevan su influencia. En Estados Unidos, la Casa Blanca las escucha. Y la degradación de los sistemas de salud pública contribuyen a comprometer el derecho de las mujeres a decidir sobre su maternidad.