La democracia ha entrado en crisis en las sociedades actuales. Los ciudadanos reclaman que el sistema haga su trabajo, que funcione la sanidad, la educación, que haya vivienda, bienestar y empleo. Además, se reivindica la autonomía del poder político respecto del económico y también más participación y transparencia. Por lo tanto, se equivocan quienes niegan la democracia y la política, porque lo que los ciudadanos están reclamando es justo lo contrario: una democracia mejor, más participativa y más política.