Los países árabes han vivido una serie de rebeliones que han sentado muchos precedentes por la interrelación entre los hechos, la inmediatez de la información y el uso de herramientas de Internet para comunicarse y comunicar a los demás. Nadie pudo prever que en tan sólo unas dos semanas cayeran regímenes que se mantuvieron por décadas. Eso se debió a que los procesos se aceleraron enormemente por el uso de las nuevas tecnologías, que si bien no fueron las que desataron las protestas, hicieron que se conocieran más y mejor y, a la postre, precipitaran un final.