En la discusión acerca del antisemitismo franquista y del papel de la España de Franco como protector de los judíos durante la II Guerra Mundial se ha prestado muy poca atención a lo que fue la imbricación entre la Shoah y la participación militar española en la guerra de exterminio que la Alemania nazi libró contra la Unión Soviética desde junio de 1941. La División Azul llevó a varios miles de combatientes españoles a confrontar sus propias imágenes sobre los judíos con la presencia real de población hebrea, que estaba experimentando la política de discriminación, segregación y exterminio que el III Reich puso en práctica. El encuentro con las primeras consecuencias del antisemitismo nazi tuvo lugar ya entre agosto y octubre de 1941, cuando los voluntarios cubrieron a pie el trayecto entre Suwalki y Vitebsk, pasando por localidades con importantes porcentajes de población judía como Grodno y Vilnius (Lituania). Los hospitales españoles de retaguardia que existieron en Vilnius y Riga, ciudades en las que existieron guetos que albergaron a miles de judíos, acogieron también a cientos de soldados españoles. Las cartas y diarios de guerra de los miembros de la División también reflejaron, en proporciones variables, esa realidad. Sin embargo, tras 1945 los veteranos remodelaron sus experiencias, mostrando un difícil equilibrio entre la necesidad de distanciarse de las facetas más condenables de todo lo que habían visto y la fidelidad a sus antiguos camaradas de armas.
In the historiographic debate on the nature of Francoist antisemitism, and the role played by Franco Spain as protector of Jews during World War II, very scarce attention has been paid to the most visible link between the Holocaust and Spanish participation in the extermination war carried out by Nazi Germany against the Soviet Unión. The «Blue División» brought several thousands of Spanish soldiers to confront their own stereotypes on the Jews with real Jews who were subject to the discrimination measueres implemented by the Nazis in occupied Eastern Europe. The Spaniards faced the first consequences of the Nazi persecution of Jews between August and October 1941, as the volunteers marched from Suwalkti to Vitebsk, going through cities with relevant percentages of Jewish population, such as Grodno and Vilnius. Spanish military hospitals in the rear were also located in Vilnius and Riga, cities where important Jewish ghettos were set up, and hundreds of Spanish sodiers experienced contact with Jews in these cities. Letters and war diaries by members of the Blue Division also reflect that reality. However, after 1945 the war veterans were forced to reshape their experiences, and their memoirs are characterized by the search of a difficult balance between the necessity of taking distance from what they had seen, and their sentiment of loyalty towards their former German comrades in arms.