Manuel Camacho de los Ríos
La implantación del Grado en las Facultades de Derecho nos impone al profesorado el reto consistente en hacer viable y trasladar a la realidad cotidiana del aula una serie de objetivos impuestos por la nueva metodología que invoca el plan Bolonia. En estos momentos nos encontramos ante una excesiva abstracción, falta de rigor y dificultad para trasladar a la práctica docente algunos aspectos de la nueva metodología. Este es el caso de las discutidas competencias, concepto confuso y difícil de aplicar a la docencia y tanto más de evaluar. En este artículo aportamos un sistema realista de evaluación continua de las competencias y una ficha de evaluación continua y acta final como instrumentos esenciales que permitan al profesor alcanzar sus objetivos de evaluación de las competencias.