El artículo analiza los efectos de la crisis económica en el desenvolvimiento de los servicios sociales. Desde la Constitución, los ayuntamientos y las comunidades autónomas han dado un gran impulso a los servicios sociales, de modo que lo han convertido en un sector muy dinámico y expansivo. Por eso ha tenido que adaptarse a un fenómeno como la inmigración, novedoso en España y con unas características (muy rápida, poco regulada, muy concentrada en los lugares de destino, etc. ) que han dificultado su gestión. La crisis económica afecta muy negativamente a los inmigrantes, entre otras cosas, porque son mayoría en los sectores más afectados por la crisis, como la construcción, porque carecen de una red de apoyos familiares en España y porque mantienen obligaciones económicas con sus países de origen, de difícil cumplimiento en situaciones de paro. Como consecuencia, sus demandas de servicios y ayudas van a multiplicarse, van a ser más heterogéneas y a prolongarse durante más tiempo. La incertidumbre reside en pronosticar si las administraciones optarán por aumentar la actual calidad de las prestaciones y los servicios, mantenerla o reducirla. Un pronóstico cuya respuesta puede ser muy diferente si la crisis dura unos cuantos años, y puede variar en los diferentes servicios y en las diferentes comunidades autónomas, cada vez más diversas en sus políticas en este área.
This article examines the possible impact of the current economic crisis on the development of the social services. Since the signing of the Spanish constitution, town councils and Autonomous Communities have given a boost to social services, which have become a dynamic and expanding sector. As such, they have had to quickly adapt to the phenomenon of immigration, a novelty in Spain and with certain characteristics (very rapid, underregulated, and concentrated in certain locations) that have made its management more difficult. The economic crisis has had very serious effects on immigrants because, among other reasons, they form a majority in some of the sectors worst-affected by the crisis, like the construction industry, because immigrants sometimes lack a family support structure in Spain and they continue to have financial obligations in their countries of origin, which are difficult to meet if they are unemployed. As a result of this, their demands on social services will grow sharply, becoming more heterogeneous and lasting longer. It remains uncertain whether the Administration will opt for improving the quality of social services, keeping it at the same level, or reducing it. The answer will depend on the length of the crisis, on the type of service, and on the positioning of the different Autonomous Communities, which tend to have different policies in this matter.