El concepto de triángulo, en este caso, se utiliza para indicar la interacción entre tres bloques regionales. Aunque los bloques de un triángulo puedan competir en unos casos y cooperar en otros, lo esencial es la existencia de intereses comunes y de relaciones, actuales o potenciales, entre los mismos. El triángulo Asia-España-América Latina tiene conexiones e intereses comunes de naturaleza política, económica, cultural y social, de tal forma que hay muchas oportunidades para la complementación.
En lo que se refiere a las conexiones entre los vértices de España y América Latina, la celebración de 15 cumbres iberoamericanas, el establecimiento de una Secretaría Permanente de la Comunidad Iberoamericana, la identidad lingüística, la similitud de las expresiones culturales, las emigraciones de población entre ambas orillas del Atlántico, y las inversiones españolas en América Latina, muestran que las conexiones e intereses comunes entre España y América Latina son sólidos y están en proceso de consolidación. Y las relaciones comerciales se intensificarán en la medida que avancen los acuerdos de asociación entre países de América Latina y la Unión Europea.
A su vez, las conexiones entre América Latina y Asia tienen una dimensión económica, y consecuentemente política, creciente. El foro de Cooperación Económica Asia Pacifico (APEC) del que forman parte 21 países entre los que se incluyen México, Perú y Chile, y el foro FOCALAE, que incluye a países latinoamericanos, están conformando una dimensión política creciente. En cuanto a las relaciones económicas, los datos indican un sólido avance de los intercambios comerciales entre las dos regiones que comienzan a ser reforzados por tratados de libre comercio: Chile ya tiene tales tratados con Corea del Sur, China, Singapur, Brunei y posiblemente pronto con Japón e India, mientras que México ya ha establecido un tratado con Japón, Panamá con Singapur y Perú está negociando uno con Tailandia.
Las conexiones políticas entre el vértice España y Asia se estructuran a través de la Unión Europea mediante las cumbres de presidentes de la Unión Europea y Asia (ASEM). En el ámbito económico, las relaciones económicas fueron limitadas hasta la entrada de China en el comercio mundial, que potenció no sólo las relaciones económicas entre la Unión Europea y Asia, sino también los lazos y conexiones económicas de todo el triángulo, y dio a la perspectiva económica del triángulo una nueva dimensión.
El objetivo de este artículo es analizar los intereses y relaciones económicas del triángulo Asia-España-América Latina, que permiten aventurar que una estrategia de triangulación de las relaciones económicas es beneficiosa para los participantes.
Puesto que el artículo se centra en las oportunidades económicas de la triangulación, no aborda voluntariamente el tema de las formulas institucionales para fortalecer las conexiones entre las tres partes. Sin embargo, hay que destacar que la formula institucional basada tanto en acuerdos intraregionales como en acuerdos interregionales parece la adecuada, pues ésta permite a los países adaptar la velocidad de sus aperturas comerciales a las características de sus economías, y además mitiga los riesgos asociados a la desviación comercial y de inversiones que suelen aparecer en los procesos de apertura comercial que sólo descansan en acuerdos preferenciales dentro de una región .
En el resto del artículo, en primer lugar se discute la dimensión del triángulo, es decir las características fundamentales de las economías que configuran los vértices del triángulo y las oportunidades que generan las similitudes y diferencias entre ellas. En segundo lugar, se discuten las oportunidades derivadas de la estructura y evolución del comercio entre los vértices. La sección siguiente analiza el papel de la inversión directa para potenciar las oportunidades de la triangulación comercial. Por último, se incluyen unas reflexiones finales acerca del avance en este proceso.