Este documento analiza la situación del llamado �problema norcoreano� en el 2005, desde el punto de vista de la política nuclear, el regionalismo del Nordeste Asiático, la hegemonía estadounidense, la criminalidad de los estados, la democracia y los derechos humanos. Destaca el fracaso del régimen de no proliferación nuclear y afirma que mantiene un doble rasero insostenible. El artículo se centra especialmente en la fórmula de las conversaciones a seis bandas de Beijing, que en 2003 se convirtieron en la vía principal para las negociaciones multilaterales sobre Corea del Norte;
compara además la política estadounidense, caracterizada por las exigencias, las amenazas y la reticencia a negociar, y que intenta limitar el �problema� a las obligaciones norcoreanas, con la de otros países, especialmente Corea del Sur y también Rusia y China, que se han decantado por el compromiso, los intercambios y las colaboraciones múltiples, incluida entre otras cosas la incorporación regional y económica en el contexto de lo que los surcoreanos denominan la apertura al Norte o Sunshine Policy.
En septiembre de 2005, la presión conjunta de estos países desembocó en una concesión importante por parte de Estados Unidos, pero el acuerdo alcanzado entonces fracasó casi inmediatamente. La insistencia de Washington por cambiar el foco de la negociación de los asuntos nucleares a la democracia y los �derechos humanos� complica mucho su resolución.