Dru C. Gladney
El presente artículo analiza la enorme pluralidad de la sociedad china actual, traspasando incluso el más tradicional enfoque de las minorías étnicas y religiosas, como los uigures o los tibetanos para abordar las nuevas fracturas de la sociedad, principalmente entre el norte y el sur del país, una división que se agudiza debido al crecimiento económico exponencial del sur y sus reivindicaciones respecto al norte.
Lejos de plantear una amenaza a la integridad del país �que en ningún caso llega a verse amenazada�, la distinción ét - nica es sin duda un fenómeno en auge en China, ya que ofrece ciertas ventajas sociales, en - tre las que destaca por ejemplo, quedar al margen de la polémica política del hijo único que si se aplica sobre el resto de la po blación, algo que dicho sea de paso, ha favorecido que au - mente el peso demográfico de algunas de las citadas minorías étnicas respecto a la mayoría, en algunas regiones. Sin em - bargo, existe también un elemento de prestigio, ligado a lo que el autor califica como el �chic étnico�, y que ofrece ventajas en términos de negocio y se podría interpretar como un posible elemento de diferenciación, que es un elemento clave detrás de las modas. Sin embargo, no hay que olvidar que pese a ser un fenómeno en auge, el reto étnico de primer orden para el gobierno, que le otorga una importancia caudal en su gestión de las regiones autónomas, los enclaves étnicos por antonomasia, como Tíbet Xinjiang, en los que existe además una demanda de mayor autonomía política. El hecho de que las étnias predominantes en ambas regiones sumen a su demanda política, un componente religioso al étnico, es un elemento clave pare entender la dificultad de Beijing para acceder a sus demandas.
También el hecho de que en Xinjiang, algunos grupos de uigures persigan sus objetivos mediante la lucha insurgente, tampoco facilita la situación, habidas cuentas de que Xinjiang es el último territorio musulmán del mundo bajo un régimen comunista. Como conclusión, el artículo plantea los posibles escenarios de conflicto étnico en China, augurando que el país se encamina hacia una década difícil en este terreno.