El último año ha sido una especie de annus horribilis global:
el estallido de una crisis económica colosal, el encono y ex - tensión de afganazos talibanes afganos, las postrimerías de la secesión de Abjasia y Osetia del Sur de Georgia, y una re velación, sin piedad, de cuáles pueden ser las consecuencias del cambio climático. En medio de este annus horribilis, las cinco repúblicas de Asia Central (AC-5), entraron en su mayoría de edad e iniciaron la preparación hacia su puesta de largo en la escena internacional, que está teniendo lugar con la presidencia de la Organización de Seguridad y Cooperación Europea (OSCE) por parte de Kazajstán, y en la re - gional, con la presidencia de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), por parte de Uzbekistán.