Además de por su evidente valor estratégico, las operaciones de reestructuración empresarial (fusiones, escisiones, canje de valores y aportaciones de activos) se caracterizan por la generación de importantes plusvalías. Recientemente, la Audiencia Nacional ha profundizado en el concepto de «motivo económico válido», que permite diferir la tributación de dichas plusvalías, y ha reforzado la doctrina de la DGT que estima que la fiscalidad no debe suponer un impedimento para acometer operaciones de reestructuración empresarial.