La incorporación de fuentes visuales, gracias en gran parte a las nuevas tecnologías, ha permitido a los historiadores ampliar los temas estudiados y cambiar, al menos aparentemente, sus investigaciones. En este artículo, tras abordar la complejidad de lo visual, se estudia su utilización en la última década por parte de los historiadores de la educación. Mientras que muchos trabajos usan imágenes sólo como un complemento del texto, se hacen aquí tres propuestas tendentes a usar las imágenes como fuentes, tratándolas como documentos y sometiéndolas a los procesos de selección, crítica y análisis que se defienden en el método histórico. El uso de imágenes debe permitirnos hacernos nuevas preguntas que vayan más allá de la descripción del escenario educativo así como ampliar los espacios y tiempos que estudiamos. Por último, conscientes del poder evocador de las imágenes, deberíamos tener en cuenta el componente emocional frecuentemente asociado a las mismas.
With the help of new technologies, the use of visual sources has enabled historians to broaden research topics and change, at least apparently, their research studies. In this article, after dealing with the complexity of the visual subject matter, we study how educational researchers have been using this element over the last decade. Even though many works use images as a complement to the text, we make three proposals to use images as sources, treating them like documents and submitting them to the process of selection, criticism and analysis supported in the historical method. Using images should allow us to question ourselves about new issues beyond the educational scenario and to broaden the spaces and times that we study. Finally, aware of the evocative power of images, we should take into account the emotional component frequently associated to them.