La globalización plantea desafíos y oportunidades. Prebisch enfrentó este dilema del desarrollo en el mundo global y dejó tres mensajes que son el gran legado de su obra. Primero, los países centrales conforman visiones del orden mundial funcionales a sus propios intereses. Es necesario rebelarse contra ese esquema teórico para resolver el dilema. Segundo, es posible transformar la realidad y lograr, con los centros de poder mundial, una relación simétrica no subordinada. Tercero, la transformación requiere un cambio profundo en la estructura productiva para incorporar -en la actividad económica y social- el conocimiento, que es el instrumento fundamental del desarrollo. Estos mensajes conservan plena vigencia en la actualidad.