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La mayor cobertura educacional en conjunto con el estancamiento del rendimiento educacional en Chile, en un contexto de mayor gasto en educación, es un verdadero puzle. Una hipótesis natural es que el aumento de la cobertura, al incorporar progresivamente a los grupos más vulnerables, explica la estabilización de la calidad y el aumento de la brecha según el nivel de ingresos. Estimamos la existencia de un sesgo de muestra y hallamos una sobrestimación del rendimiento en torno a un quinto de la desviación estándar del SIMCE cuando se mide por el promedio en lugar de corregir por selección. Hallamos también que el diferencial entre los puntajes medios de la población total y de la población que se educa es menor cuando aumenta el ingreso. La consecuencia es que la brecha educativa asociada al ingreso medida como el cociente entre el ingreso de los quintiles de mayor y menor ingreso está subestimada por los promedios en torno a 10 puntos porcentuales. Por último, y al contrario de lo esperado, no se aprecia que la mayor cobertura haya significado subestimar la caída de las brechas reales en el tiempo.
