El ámbito público de la cultura, es decir, las actividades que están sostenidas con medios públicos y gestionados, directa o indirectamente, por la Administración o por empresas en las que delega esa misión, sigue siendo un espacio en el que los modelos y métodos para su modernización cuestan imponerse contrariamente a lo que ocurre con otras actividades de carácter público. El caso del Museo Guggenheim de Bilbao constituye un ejemplo claro de la necesidad de evaluar a la vez no sólo las bondades, como se hace a menudo, de su impacto económico en el entorno o su capacidad de atracción en un entorno territorial en transformación urbanística, sino también como equipamiento museístico como tal, que encuentra una enorme dificultad para realizar su evaluación artística y cultural con toda naturalidad. Este déficit evaluativo, en términos culturales y ciudadanos, es una carencia que, con el tiempo, según se vaya diluyendo en el paulatino anonimato el encanto y fama de sus edificios, pesará como una losa e impedirá su renovación, reduciendo irreversiblemente posibles nuevas expectativas y la adaptación a los nuevos tiempos. El ejercicio de evaluar una actividad museística que, en su concepción y posterior gestión, es de carácter mixto público/privado y con presencia, además, de un partenaire privado con una fuerte personalidad empresarial, no es cosa simple. Pero fuera de esta exigencia evaluativa, sólo nos encontraremos con polémicas estériles y crispación y, a más largo plazo, confusión y decadencia.
Propuestas para la evaluación de un equipamiento como el Museo Guggenheim Bilbao pueden ser variadas. Aquí presentamos una.
The public realm of culture, ie activities that are supported by public means and managed directly or indirectly by administration or companies to which that mission has been delegated, exists a space still where the models and methods of modernization cost to be introduced, contrary other public activities. The case of the Guggenheim Museum Bilbao is a clear example of both the need to assess not only its benefits as is often done the economic impact of their environment, their ability to drive in a local environment in urban transformation, but as artistic and cultural facilities as such, and the enormous difficulty finding for artistic and natural cultural evaluation. This evaluative deficit in cultural and citizens terms is a deficiency that over time, as the charm and fame of its buildings are gradually being worn away in anonymity, weighed as a slab to prevent its renewal to expectations, to adapt to changing times. The exercise of evaluating a museum activity also in its conception and subsequent management is a mixed public / private character with a presence and a private partner with a strong entrepreneurial personality is not something simple. But out of this requirement we will find evaluative only sterile polemics and tension and longer-term confusion and decay. Proposals for the evaluation of equipment as the Guggenheim Museum Bilbao can be varied.
We show one here.