Áurea Moltó, Cristina Manzano Porteros
Los españoles apenas han iniciado el camino para participar activamente en el debate global. Las revueltas árabes son, sin embargo, un ejemplo de la legitimidad de la voz exterior del país. La crisis económica no impide utilizar mejor recursos internacionales que ya existen.
Desde que prendió la chispa de las revueltas en el mundo árabe, los medios españoles andan a la caza de expertos. La información internacional ha cobrado de repente un relieve que el apabullante foco en lo nacional y en lo local le ha escatimado tradicionalmente. Los responsables mediáticos buscan quien explique las raíces, narre los acontecimientos o trate de predecir sus consecuencias, y las audiencias se han mostrado ávidas por conocer más y comprender mejor. Solo en febrero, cuando todavía no se había producido la catástrofe en Japón, el espacio dedicado a las cuestiones internacionales más que triplicaba el que había tenido en enero, según un informe de la consultora