Jaime de Ojeda y Eiseley
Nada preocupa hoy más en Estados Unidos que la reducción del déficit y la deuda nacional. El debate del presupuesto ha marcado ya las posturas de los partidos para las elecciones de 2012.
Durante los últimos dos meses hemos estado viviendo una auténtica comedia y un verdadero drama. Comedia ha sido el juego entre republicanos y demócratas por evitar aparecer ante la opinión pública en el odioso papel de la reforma de la Seguridad Social y los seguros médicos, la necesidad de revisar a la baja todas sus prestaciones sociales. El drama es la tozuda intención de los republicanos en emplear los pretextos del déficit y la deuda nacional para desmontar esos programas sociales que han caracterizado al país desde la gran crisis de 1930.
La crisis financiera y económica que se inició en 2008 ha destacado ante la opinión nacional la perentoria necesidad de reducir el déficit presupuestario y la deuda nacional. Muchas y diversas causas han creado este pavoroso problema fiscal, pero este se cierne ante todo sobre los programas de la Seguridad Social y los seguros médicos