El accidente de trabajo cuenta en nuestro sistema positivo con una regulación escasa y con una abundante doctrina jurisprudencial. Dado el elevado índice de siniestralidad laboral que se aprecia en España, con un coste aproximado a los dos billones de las antiguas pesetas cada año, es un dato que incrementa considerablemente la importancia de diferenciar el accidente de trabajo del quo no tenga esta consideración.