Manuel de Mingo Manzanero, María Luisa de Mingo Domínguez
El bienestar sanitario es una demanda que permite alcanzar la calidad de vida y responde a un proceso individual. En prevención lo óptimo es invertir en salud y se convierte en un recurso crítico en épocas de crisis, por esta razón es una condición "si ne quanon" de la productividad laboral y de la calidad de vida. Por esta razón, hay que situarse en perspectivas preventivas óptimas para que los logros sanitarios, económicos y sociales que impactan en la sociedad como externalidades empresariales, no perjudiquen la situación socioeconómica. La medicina preventiva es una situación muy rentable y debería ser un concepto dinámico del trabajador. Es preciso un contexto facilitador en cultura, técnica y modelo de gestión de la prevención técnico-sanitaria, que debe ser integral e integrado. La praxis de las organizaciones se cimenta en una política preventiva, que gestiona la salud como principio cautelar. Gestionar la incapacidad equivale a gestionar una falta de calidad en la praxis preventiva, transformada en penosidad y costes.