El análisis de la situación en los países de Asia Central (Kazajstán, Tayikistán, Kirguistán, Turkmenistán y Uzbekistán) constituye un caso de estudio excepcional para examinar la evolución del concepto de seguridad ambiental internacional. En particular, la gestión de los recursos hídricos en las cuencas hidrográficas que estos Estados comparten se presenta como un claro ejemplo de cómo los cambios ambientales pueden llegar a adquirir una entidad tal como para percibirse como una amenaza a la seguridad internacional en la región cuando se combinan la degradación de los recursos ambientales compartidos, su escasez y las dificultades de acceso y su asignación poco equitativa. En materia de gestión de recursos hídricos compartidos, el marco de referencia al nivel internacional lo deberían constituir los dos principales instrumentos existentes, esto es el Convenio sobre la protección y el uso de los cursos de agua transfronterizos y los lagos internacionales de 1992 y el Convenio sobre los usos distintos a la navegación de los cursos de agua internacionales de 1997. Por un lado, sin embargo, los Estados de Asia Central han mostrado sólo un compromiso escaso respecto al desarrollo de estos regímenes internacionales. Por el contrario, han priorizado el modelo imperante en la ex Unión Soviética de intercambio de agua por energía, que además de resultar insostenible y poco equitativo, favorece la dicotomía extrema entre los dos principales usos competitivos del agua en la región, la irrigación y la producción de energía hidroeléctrica.
Por el otro lado, las instituciones regionales creadas entre estos cinco Estados, si bien han servido para clarificar la articulación de las distintas estructuras de gestión del agua, no han podido desarrollar todo su cometido, ya que más allá de los graves problemas de funcionamiento interno, sus esfuerzos se han dirigido principalmente a buscar la estabilidad y mantener el status quo en Asia Central.
Examining the situation in Central Asia (Kazakhstan, Tayikistan, Kyrgyzstan, Turkmenistan and Uzbekistan) is an interesting excercice in order to analyze the evolution of the international environmental security concept. As an exemple of how environmental changes may come to acquire an entity such as to be perceived as a threat when they combine with inequitable allocation of resources, we focus on shared water resources management. The framework at international level should be the two main instruments in this field, the 1992 Convention on the Protection and Use of Transboundary Watercourses and International Lakes and the 1997 Convention on the Law of the Non-navigational Uses of International Watercourses. On the one hand, Central Asian States have shown only a weak commitment to these international regimes. On the contrary, they have prioritized the former URSS�s model of water and energy exchange. This model, as being unsustainable and inequitable, favors the extreme dichotomy between the two major competing uses of water in the region (irrigation and hydropower production). On the other hand, some sub-regional institutions served to clarify the articulation of water management structures. However, because of important issues on their internal organization, they have not been able to achieve their mission and their efforts seems to be directed to seek stability and the status quo in Central Asia.