El papel de las mujeres en el origen de la humanidad ha estado condicionado por la desigualdad entre los géneros, tanto en la explicación religiosa como en la científico-evolutiva. Las visiones sobre la evolución se han construido sobre la idea de la inferioridad "natural" de las mujeres en relación con los hombres, desde el punto de vista físico y también psicológico. La tendencia es representar a las mujeres como criaturas pasivas y necesitadas de protección, que esperan que los hombres traigan el alimento mientras ellas se ocupan de las crías, difundiendo así interesados esquemas que tienden a reproducirse en las sociedades actuales.