Cuando dos personas se sientan para interactuar en una conversación, comienza un apasionante fenómeno por el cual ambas quedan afectadas por el impacto de lo dicho y de lo escuchado. El arte de conversar genera una nueva realidad con potentes efectos también para el coach, que es una parte que siente y padece ante su reto de asistir al cliente. El objetivo de este artículo es analizar los fenómenos que nos pueden afectar como profesionales del coaching: nuestras propias creencias, el ego y la contratransferencia. Todos ellos pueden suponer potentes enemigos que hay que conocer para poder después controlar.