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Isidoro Blanco Cordero 
La comisión de un delito, especialmente económico o relacionado con la corrupción, genera habitualmente ganancias para los responsables del mismo, que pueden ser objeto de decomiso. No es fácil, sin embargo, determinar qué bienes obtenidos del delito pueden considerarse ganancias. Constituye ésta una de las cuestiones más debatidas en los últimos años en la jurisprudencia de algunos países (Estados Unidos, Alemania, Italia, etc.). Las teorías tradicionales, de carácter extremo, recurren a los criterios de ganancias brutas o de ganancias netas. La aplicación rigurosa de uno de estos criterios para los delitos económicos y de corrupción crea multitud de inconvenientes, pudiendo llevar a soluciones injustas y desproporcionadas. Por ello, parece necesario reinterpretar ambos criterios.
