Durante la última década, y especialmente en los últimos años, algunas de las empresas más respetadas del mundo han quebrado. Los analistas han citado razones bien conocidas para estas quiebras, pero hay un factor que no se suele mencionar, algo que parece diferenciar a las empresas que han quebrado de las que no lo han hecho, y es el alcance y la penetración del enfoque de estas empresas respecto a la gestión del riesgo. De hecho, en muchos casos esto fue el resultado de asumir riesgos demasiado grandes bajo la aparente seguridad de un enfoque de la gestión del riesgo que era de hecho erróneo. Cuanto mayor sea la dependencia de la gestión del riesgo tradicional, mayor será el riesgo que se asume sin saberlo y mayores las probabilidades de que se produzca un desastre corporativo.