Martin Fröhlich
El modelo alemán de jornada reducida, de probada eficacia, hoy en día se considera como una �buena práctica� en la política europea de empleo. La crisis económica no ha producido en el mercado de trabajo alemán un impacto muy negativo, entre otras razones por el uso asiduo de la reducción de jornada. El Derecho laboral alemán ofrece a los empresarios varias medidas flexibles para superar una crisis. Un empresario puede, por ejemplo, ordenar la distribución el tiempo de trabajo a través de bolsas de tiempo de trabajo. La medida más valorada positivamente es el modelo de la jornada reducida, pues a través de ella los trabajadores mantienen tanto su empleo como sus expectativas laborales, los empleadores pueden sortear las crisis sin perder a sus trabajadores cualificados, mientras que el Estado también sale beneficiado al producirse un ahorro en los costes del desempleo. Son varios los motivos del éxito de esta fórmula, entre los que destacamos la cultura empresarial y el elevado nivel de cualificación de los trabajadores, que constituyen elementos muy importantes para entender por qué en Alemania los despidos no son la primera reacción de las empresas afectadas por una situación de crisis económica.