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Manuel Recio Menéndez
Si fuéramos capaces de volver la vista 30 años atrás, nuestra memoria nos traería la imagen de una sociedad completamente diferente a la que hoy somos. Los años ochenta fueron épocas difíciles para la ciudadanía española y andaluza, que despertaba del letargo de décadas para el olvido e iniciaba un nuevo camino, el de la democracia, la modernidad, el final de un siglo y el comienzo de otro. La velocidad de las transformaciones que se han producido desde entonces es vertiginosa y todos nosotros estamos sufriendo hoy los efectos combinados de la globalización y el cambio. Pero no debemos caer en el error de interpretar estos cambios como hechos negativos, como pudiera parecer dada la situación de crisis que atravesamos, sino más bien como otras líneas de salida y oportunidades para emprender nuevos caminos. Queremos, y lo hemos manifestado en multitud de ocasiones, una sociedad más justa y solidaria, más cohesionada, más fuerte y sostenible; para ello necesitamos buenos cimientos, mejores empresas, más competitivas, más responsables con respecto a la sociedad a la que se deben; necesitamos trabajadores y trabajadoras más eficientes y más productivos, con capacidad para proyectar y mantener una carrera profesional a lo largo de toda la vida; necesitamos instituciones abiertas al diálogo y a la negociación, sólidas y cohesionadas; necesitamos una administración más moderna, que ofrezca servicios y gestión de calidad a los ciudadanos ...
