La aplicación de políticas keynesianas, tal y como eran recomendadas y aplicadas hace unas décadas, encuentra serios límites de eficacia. Estos límites vienen impuestos por la vertiginosa transformación económica que ha acontecido en las economías capitalistas desarrolladas desde los años setenta hasta la actualidad. Por tanto, las propuestas de política económica deben ser, ahora, mucho más complejas que lo eran en las "décadas doradas del keynesianismo". No obstante, creemos que la idea fundamental del pensamiento keynesiano es plenamente vigente en la actualidad: es el nivel de demanda efectiva el que determina el nivel de empleo. En el artículo se propone una estrategia de política económica de inspiración keynesiana para crear empleo que descansaría en tres piezas fundamentales: política de gestión de la demanda expansiva, políticas de empleo activas y expansión de aquellos servicios públicos sociales y comunitarios que caracterizan el llamado Estado del Bienestar "positivo"