Este artículo cuestiona una postura ampliamente extendida en medios económicos y financieros europeos según la cual el proceso de globalización de la economía mundial ha debilitado enormemente a los Estados disminuyendo sus posibilidades de seguir políticas socialdemócratas de tipo expansivo y redistributivo centradas en alcanzar pleno empleo. También analiza críticamente las tesis sostenidas por sectores del centroizquierda e izquierda europeos de que la convergencia monetaria europea ha imposibilitado el desarrollo de tales políticas socialdemócratas a nivel estatal, asumiendo que sólo pueden realizarse a nivel europeo. El artículo presenta información empírica que demuestra lo erróneo de tales posturas y tesis, mostrando cómo durante el proceso de globalización mundial e integración europea ha habido países en Europa que han seguido políticas socialdemócratas y que cuando en algunos casos estas políticas han sido debilitadas - como es el caso de Suecia a principios de los años noventa - tales retrocesos no se debieron al proceso de globalización mundial o regionalización europea, sino a intervenciones políticas específicas, explicadas en el texto, que no estaban relacionadas con tales procesos. El artículo muestra también cómo aquellos países que han seguido políticas públicas socialdemócratas han respondido a la globalización de los capitales financieros, asegurándose la continuidad de sus políticas