Suzanne de Treville, Lenos Trigeorgis
Las herramientas financieras convencionales pueden inducir a cometer errores en las cadenas de suministro. La mayoría de los ejecutivos se apoyan en el modelo de flujo de caja descontado (DCF, por discounted cash flow) para la toma de decisiones como dónde ubicar una nueva planta manufacturera o si conviene más usar un proveedor extranjero o uno local. Pero el DCF normalmente subvalora la flexibilidad y, como resultado, las empresas pueden terminar con cadenas de suministro que son de bajo costo en la medida que todo marche según lo planificado, pero extremadamente caras si surgen problemas.
De Treville, de University of Lausanne y Trigeorgis, de University of Cyprus, sostienen que usted puede evitar este riesgo al complementar un análisis DCF con una valoración de las opciones reales. Esta técnica le permite cuantificar la flexibilidad en dólares en la cadena de suministro y le ayuda a calcular el valor de tener un control directo.
Los autores explican cómo un enfoque de opciones reales ayudó a la empresa suiza Flexcell a decidir si ubicar una nueva planta en el propio país o en el extranjero. El CEO fue capaz de demostrarle a su consejo de administración que la flexibilidad que ofrecía una planta cerca de la casa matriz de la empresa compensaría con creces el ahorro de 15% en el costo por unidad que se habría obtenido en una planta ubicada en otra parte. También demostró que los costos resultantes de una disrupción en una planta suiza serían mucho más bajos que aquellos resultantes de una disrupción en una planta en el extranjero. La decisión de fabricar en casa ha dado excelentes resultados, especialmente teniendo en vista las incertidumbres creadas por la actual crisis económica.