Los sistemas de seguimiento y evaluación de las políticas públicas en los países de América Latina se vienen llevando a cabo desde la década de los años noventa del siglo pasado, adoptando preferentemente dos vías de actuación. La primera de ellas está orientada hacia el modelo de control del presupuesto, cuya función es la de mejorar las decisiones de asignación presuuestaria y está liderada por los ministros de hacienda. La segunda tiene que ver con el modelo de planificación, encaminada a mejorar las decisiones políticas de los gobiernos y la rendición de cuentas, y se realiza bajo la supervisión de los ministerios de planificación.