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María Luisa Chas Amil 
La energía es fundamental para el desarrollo económico y para la permanencia de los actuales estándares de vida. El incremento en la demanda hace que haya una preocupación creciente sobre las pautas de producción y consumo, sobre la necesidad de caminar hacia un sistema energético sustentable y sobre el impacto que el uso de los combustibles fósiles tiene en el medio ambiente. Por todo esto, desde siempre se considera fundamental disponer de información contrastable que permita realizar un análisis correcto de la realidad energética. En este sentido, la Comisión Estadística de las Naciones Unidas consideró crucial esta temática después de la crisis energética de principios de los años setenta, dándole una prioridad alta en su programa de trabajo y acordando emplear el Balance Energético (BE) como instrumento clave para entender y analizar el funcionamiento de la energía y sus interrelaciones con la economía.
En este artículo se describe el contenido de un balance energético según las recomendaciones elaboradas por la AIE y el Eurostat (2004) con el fin de armonizar las estadísticas energéticas a nivel internacional. Se presenta también el contenido de la publicación Balance energético de Galicia, elaborada por el Instituto Enerxético de Galicia (Inega), y se compara con la elaborada por otras comunidades autónomas. Este análisis muestra la falta de homogeneidad en la elaboración de esta estadística de síntesis en el Estado español, situación también observada a nivel internacional.
