El patrón dólar flotante estaba basado en una búsqueda agresiva de la liberalización de los mercados financieros y en la integración asimétrica de los países periféricos en el sistema financiero internacional. El mecanismo de generación de liquidez internacional fue apuntalado por el apoyo coordinado de la liberalización comercial y financiera de los países en vías de desarrollo debido al interés por preservar la hegemonía del dólar. Esto ha permitido exportar la fragilidad financiera a la periferia durante dos décadas y media de déficit creciente de la balanza de pagos por cuenta corriente de EE.UU., a la vez que se confería mayor elasticidad al mecanismo de ajuste del centro. Los debates y negociaciones acerca de la modernización global de la arquitectura financiera internacional en la estela de la crisis actual necesitan tener en cuenta los asuntos centro-periferia.