Si bien es incuestionable la relevancia histórica del trabajo autónomo, igualmente es irrefutable el desinterés mostrado por parte del Derecho del Trabajo, desde sus albores, hacia el mismo. Esta disciplina, nacida como respuesta social a la Revolución Industrial, vino centrando su atención en la figura del trabajador subordinado. Dicho de otro modo, para tal rama del ordenamiento jurídico el objetivo fue, desde el principio, la protección y tutela del trabajador asalariado, manifestando mínimo interés hacia el trabajador por cuenta propia, cuya regulación quedaba encomendada a los órdenes jurídicos civil o mercantil. Muestra de ello es el contenido de los diversos textos normativos dictados a lo largo del siglo XX, los cuales, a pesar de ampliar progresivamente el ámbito aplicativo de la rama tuitiva por excelencia, no dieron cabida al trabajo autónomo en su esfera protectora.