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La crisis actual ha mostrado que la economía capitalista continúa teniendo ciclos que en ocasiones terminan con fines abruptos. Cuando ocurren este tipo de cosas es hora de retornar a la senda de la políticas intervencionistas y a las regulaciones de los mercados de capitales para poner orden y ayudar a que se estabilice la situación con políticas keynesianas. La socialdemocracia ha sido tradidionalmente defensora de estas políticas, y en los momentos actuales debe tener el pulso necesario para recuperar y articular un discurso económico coherente, que aporte las respuestas adecuadas a la crisis.
