La Unión Europea ha iniciado un cambio de modelo energético irreversible. Las energías renovables y la eficiencia energética son dos elementos imprescindibles para poder afrontar el reto medioambiental fijado por la Unión Europea, que está comprometida con la exigencia de evitar un aumento de la temperatura superior a los 2ºC. Para conseguirlo, las emisiones globales de efecto invernadero deberían alcanzar su punto de inflexión antes de 2020 y Europa tiene el ambicioso objetivo de reducir sus emisiones un 30% antes de esa fecha. Ese cambio sólo es posible impulsando una verdadera revolución en el sector energético en la Unión Europea, que deberá basarse en dos pilares: la desernegización y la descarbonización.