Dice Francisco de Rioja que conseguir una buena reputación requiere tiempo y el mantenimiento de unas cualidades identitarias actualizadas, por encima de modas y modo. En las empresas, la reputación es uno de los activos que hay que defender como pieza fundamental, ya que constituye una de las columnas sobre la que se asientan y sustentan el mercado del hoy y del futuro. Pero una buena reputación organizativa requiere de coherencia y constancia.