La crisis financiera internacional ha conseguido recuperar la importancia de la actividad de las agencias de crédito a la exportación en su papel de «facilitadoras» del comercio internacional. Su participación en la financiación del comercio como gestoras de los instrumentos de apoyo financiero a la exportación de sus respectivos Estados ha cubierto las necesidades del mercado en el contexto de, en el mejor de los casos, insuficiencia de financiación disponible para operaciones de exportación. Esta situación, tan sorprendente en un entorno internacional acostumbrado en los últimos años precisamente a la situación contraria de exceso de financiación disponible para «casi» cualquier proyecto, ha puesto a prueba la capacidad anticíclica de estos instrumentos, que han debido generar una oferta de financiación rápida y creciente en el momento en que el riesgo es más elevado sin perjudicar al mismo tiempo la calidad de sus carteras, para no poner en peligro la sostenibilidad financiera del sistema en el largo plazo.
Cómo compaginar estos mandatos contradictorios es el objetivo en el que trabajamos desde las ECAs y el reto más importante al que nos hemos enfrentado en los últimos años.