Como consecuencia de la crisis económica y financiera, el descenso de la demanda agregada dio lugar a una contracción del comercio y la producción mundiales en el último trimestre de 2008 y principios de 2009. El descenso de las exportaciones se vio agravado por la contracción de la financiación del comercio, afectando especialmente a los países en desarrollo. Bajo el mandato de la Organización Mundial de Comercio, sobre coherencia de políticas, los principales agentes públicos y privados que intervienen en la financiación del comercio empiezan a reunirse y elaborar recomendaciones que trasladan a los líderes mundiales en las Cumbres del G-20. Esta movilización ha permitido que la situación mejore, pero todavía quedan retos pendientes que necesitan respuestas coordinadas.