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Josep M. Vilarrúbia Tàpia
Este trabajo analiza el comportamiento de la financiación al comercio durante la crisis global que se inició en 2007. Entre el último trimestre de 2008 y el primero de 2009, el comercio internacional experimentó una histórica contracción atribuible, en gran medida, a la notable caída de la actividad. Sin embargo, el origen financiero de la crisis también afectó al mercado de financiación al comercio internacional, que experimentó una disminución en sus volúmenes y un aumento de su precio. Diversos estudios sugieren que el debilitamiento de este mercado afectó negativamente los flujos comerciales, especialmente en los países emergentes. Así, la decisiva respuesta de las autoridades ante la crisis también se dejó sentir en este mercado, destacando el compromiso del G-20 de aportar hasta 250.000 millones de dólares, y el papel jugado por los bancos multilaterales de desarrollo en la promoción de la actividad exportadora en sus respectivas regiones. Estas iniciativas, junto a la mejora de la situación económica a lo largo de 2009, han favorecido que el comercio internacional se haya recuperado de forma notable. En adelante, el mayor protagonismo adquirido por las entidades de los países emergentes, en sus mercados domésticos de financiación al comercio, puede contribuir a un mayor desarrollo de los mercados financieros domésticos en estos países. Ello tendría implicaciones tanto para los flujos internacionales de capital como para los mercados de divisas.
