El respeto a la idea de autodeterminación sexual en el ámbito de la prostitución empieza a abrirse paso en la doctrina de nuestros tribunales: tímidamente, primero, en una sentencia de la Sala Social de la Audiencia Nacional (2003) que admitió la licitud de la prostitución ejercida por cuenta propia y más recientemente ahora en un pronunciamiento de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo (2009), que ha dado un importante paso cualitativo a favor de la legalidad de la prostitución por cuenta ajena en la idea de que hay aspectos de la voluntad personal que no pueden ser coartados por el derecho. Con estos precedentes judiciales se abren nuevas expectativas, en un espacio tan ideológicamente contaminado como el de la prostitución, que representan una garantía de seguridad de los derechos de los actores implicados frente a lo que hoy es una práctica normalizada de discriminación, abusos y explotación.