La caducidad es una institución que pretende castigar en términos jurídicos, la inobservancia de la diligencia en el seguimiento de las actuaciones procesales por las partes. Amparada las causas de enervación en el supuesto de fuerza mayor para impedir que entre en juego la caducidad, necesita de su preceptiva acreditación, so pena de actuar de oficio. A pesar de ser una institución que se ha consolidado en el tiempo, no está exenta de dudas y de incertidumbres especialmente cuando se conjuga con el abuso del Derecho y la insolvencia punible.