La doctrina jurisprudencial acuñó el concepto de unidad natural de acción o progresión delictiva para salvaguardar «pro reo» el principio de proporcionalidad en la imposición de la pena considerando como un único delito y no varios, las acciones u omisiones típicas que concurrían en un mismo lugar y tiempo sin solución de continuidad y con el mismo propósito volitivo. Progresivamente el ámbito de operancia de la progresión delictiva se ha ido ampliando, proyectándose en la actualidad sobre los delitos cometidos en el ámbito de la llamada violencia de género y doméstica. El objeto del presente trabajo es analizar la naturaleza de la unidad natural de acción, su distinción de figuras afines como el delito continuado y los concursos de delitos y, especialmente, valorar críticamente la aplicación que de dicha construcción doctrinal han efectuado los diferentes órganos jurisdiccionales en la represión de los delitos cometidos en el ámbito del hogar.