El artículo aborda la política como un fenómeno eminentemente controvertido y multiescalar. En él se hace un repaso de distintas versiones de la política que coexisten en entornos post-humanos, pero no de manera necesariamente armoniosa o complementaria: desde las formas convencionales o terminales de la política (la megalopolítica) en las que saberse haciendo política y hacer política son aspectos coincidentes, a otras articulaciones más complejas en las que lo político es más estructurante allí donde es menos reconocible como experiencia. Para hacer inteligibles estas nuevas articulaciones, de entre las que destacan la biopolítica o política de los cuerpos, y la nanopolítica o política de (todas) las cosas, es preciso elaborar nuevos dispositivos que desfiguren una política hasta ahora presa de la trampa figurativa del antropocentrismo.