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La contradicción entre los intereses de los empresarios y de los trabajadores se hace más patente en materia retributiva, y también en la duración de la jornada. Sin duda el de trabajo es un contrato de carácter oneroso, del que ambos contratantes pretenden obtener el mayor bagaje posible de ventajas, y lo que interesa a los trabajadores es ir acumulando beneficios a los ya reconocidos. Cuando el orden normativo nuevo modifica y sustituye al sistema retributivo anterior, se plantean los verdaderos problemas de la compensación y absorción. Y no es que el aspecto retributivo sea el único sometido a este principio, pero es el que ha suscitado con mayor intensidad la actividad jurisprudencial.
