Aunque con reservas, es posible afirmar desde la reflexión crítica que el diálogo social español ha terminado asumiendo como objeto y objetivo propio la promoción de la igualdad de oportunidades y de trato entre mujeres y hombres y la eliminación de las discriminaciones en las relaciones laborales, dentro de una dinámica de cierta transversalidad. La situación económica y las actuaciones de los responsables públicos han tenido influencias determinantes en este proceso. Estos vectores terminan confluyendo en el ámbito de la interlocución social nacional, constituyéndose en guía para la conclusión de una serie de pactos intersectoriales de contenido global destinados a consolidar un marco de orientaciones para la negociación colectiva, entre las cuales la consecución de la igualdad