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Mariano Iriarte Machín
Debemos aplicar a la medición en la gestión de la empresa los mismos límites que a lo largo del siglo XX se han ido aplicando a la medición en la ciencia. Esto no significa eliminar la medida como herramienta de gestión. Se trata de conocer sus límites e integrarla en un nuevo paradigma donde el control no es el paradigma imperante.
Debemos aplicar a la medición en la gestión de la empresa los mismos límites que a lo largo del siglo XX se han ido aplicando a la medición en la ciencia. Esto no significa eliminar la medida como herramienta de gestión. Se trata de conocer sus límites e integrarla en un nuevo paradigma donde el control no es el paradigma imperante. La valoración de competencias se realiza valorando competencia por competencia. Cuando se trabaja con competencias complejas que son la combinación de otras, el resultado de la medida es cuestionable. Cuanto más dependa el resultado de otras competencias o de otros perfiles menos incidencia tiene que tener la medida y más importancia hay que acordar a la opinión compartida. En una empresa red como la naciente y en un entorno acelerado y cambiante en el que estamos destinados a vivir, el paradigma imperante del control queda reducido y limitado. La mirada compartida hacia lo nuevo, el diálogo, la apreciación a partir de la diversidad, la colaboración, el autocontrol y la autoorganización aparecen como las condiciones del éxito del nuevo paradigma de la gestión
