Se ha reformado el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) para adaptar el impuesto a la realidad cambiante de la sociedad española y para fomentar el ahorro, la inversión y el empleo. Se pretende atender en mayor medida a las necesidades de las familias y de los discapacitados, estimular la incorporación de la mujer en el trabajo y afrontar el envejecimiento de la población y la baja natalidad.